Lionel Messi y su derecho a la vulgaridad

Está bien su derecho a decir lo que se le cante en medio de un partido que tuvo la elegancia de un potrero. Que pueda decir que se vayan a la mierda van Gaal y sus bravuconadas (anoten las docentes, en la “R”). Y sí, fue un partido con bravuconadas y ese también fue un terreno de disputa. El reino de la necesidad, dijo un poeta, no conoce moral.